Este dato surge del nuevo Índice de Confianza del campo que elabora el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, conocido como Ag Barometer Austral. Según el relevamiento de los meses de marzo y abril pasado, un 30% de los productores manifiesta tendrá que vender el 75% de su producción de soja y maíz para cubrir todas las obligaciones financieras de la campaña, y si a este porcentaje se suma un 39% adicional que piensa que necesitarán vender un 50% de su producción el total es el 70% de los productores.
A pesar de ello, con relación a los próximos 12 meses sigue existiendo un sentimiento positivo en las expectativas de su situación financiera, aunque con una pequeña caída con relación a la medición anterior. Los analistas consideran que los recientes movimientos ascendentes de los precios de trigo y soja seguramente mejorarán esta percepción.
La última medición del Índice Ag Barometer Austral para los meses de marzo y abril de este año refleja que se mantiene el optimismo de los productores, con una mejora con relación a la medición enero/febrero pasado de 129 vs 119. Se trata del segundo mejor puntaje alcanzado en la historia de este índice, solamente superado por el mes de julio 2019, es decir cinco años atrás, en el que se alcanzó un pico de 137 puntos.
Los analistas remarcan que mejora “es dramática” en términos interanuales. Si se compara con la medición de marzo/abril 2023 (129 vs 69), se trata de un incremento del 87%.
El Índice de Condiciones Presentes mejoró notablemente con relación al año anterior (110 vs 22) como resultado de los buenos rendimientos que se están obteniendo en la campaña 2023/24 que, a pesar de alguna merma en los rendimientos de maíz, son substancialmente mejores a los de la mala campaña 2022/23.
Y si bien se mantiene una importante dispersión entre el Índice de Expectativas Futuras vs el Índice de Condiciones Presentes (162 vs 79), la brecha se está achicando debido a la mejora de la situación financiera actual de los productores.
Los investigadores del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral estiman que, en el corto plazo, “resulta imposible pensar en la reducción de las retenciones”, aunque destacan como medida positiva que se redujeron los derechos de importación a insumos claves para la siembra de trigo”.
“A los productores agropecuarios, de alguna manera, le resultan positivas los principios generales de la Ley Bases, al igual que el grueso de la población que piensa que el gobierno está en el sendero correcto. La búsqueda prioritaria por bajar la inflación, que se va a traducir en bajas en las tasas de interés, puede constituir un aliciente para la realización de inversiones”, explica Carlos Steiger, director de la encuesta.
Steiger considera que el optimismo se basa más en la esperanza de un cambio estructural de la economía argentina que en los datos objetivos de rentabilidad, cuyos márgenes se están achicando.
“De todos modos, el desastre climático de Rio Grande do Sul en Brasil ha impactado favorablemente en el precio internacional del trigo y hay un marcado optimismo para la siembra de trigo correspondiente a la campaña 2024/25”, añade.
Necesidades de venta
Alrededor de un 70% de los productores manifiesta que deberán vender entre un 50 y un 75% de su producción para hacer frente a los compromisos financieros incurridos para la campaña 2023/24.
El porcentaje reflejado surge de la suma de dos datos: un 30% de los productores manifiesta tendrá que vender el 75% de su producción de soja y maíz para cubrir todas las obligaciones financieras de la campaña, y, por otro lado, un 39% adicional que piensa que necesitarán vender un 50% de su producción.
“Este es un dato importante porque puede servir para estimar los niveles de ventas de los productores”, apunta Steiger y agrega: “Son datos importantes tanto para la industria procesadora como para el gobierno en términos de ingresos de divisas, ya que estas resultan claves para el programa financiero del gobierno cuyo objetivo central es la unificación cambiaria y el levantamiento del cepo”.
Los productores de USA y su comparación con Argentina
Dado que el Ag Barometer Austral se construyó con el asesoramiento de Purdue University (Indiana, EE.UU.), la última edición compara los resultados de nuestro país con los norteamericanos. En Estados Unidos, el Índice de abril 2024 (99) es el más bajo que se da en USA, siendo estos niveles similares en Argentina a los de abril 2020 (96), durante el inicio de la Pandemia de COVID.
Esto se explica porque, en la campaña 2023/24, disminuyeron fuertemente los ingresos de los productores de USA debido a una caída en los precios y el aumento de los costos de producción y tasas de interés.
La situación financiera presente de los productores de USA contrasta con la de los productores argentinos, quienes manifiestan que su situación financiera actual es mucho mejor que la de la fecha para el año anterior. Donde hay un sentimiento parecido es en lo referido a la oportunidad de realizar inversiones en activos fijos, ya que en USA el Índice es de 31 (muy por debajo de 100) y en Argentina, es levemente superior (49) pero igualmente negativo.
En Argentina se puede observar que un 76% de los productores manifiesta que aún no es un buen momento para invertir y que los mejores resultados de la campaña 2023/24 se van a dedicar a reconstruir capital de trabajo, recuperando así las pérdidas de la campaña anterior.
“El gran desafío para la economía de nuestro país es la recuperación de la demanda agregada ya que, como resultado de la política antiinflacionaria, el nivel de actividad económica está cayendo bruscamente y aún no está claro cuándo llegará a un piso y comenzar un rebrote”, explica Steiger.
¿Cómo se financia gran parte de la siembra de trigo?
El Ag Barometer Austral señala que el financiamiento de la siembra de trigo 2024/25 se realiza en su mayoría con fondos propios de los productores, canje a cosecha y financiamiento de los proveedores de insumos.
Un 50% de los productores ha financiado la siembra de trigo con fondos propios, un 29% lo ha hecho con canje a cosecha y un 12% lo han financiado proveedores de insumos. La participación del crédito bancario en la financiación de la siembra de trigo es muy baja.
“Prácticamente no hay financiamiento bancario, aunque es de esperar que en el futuro cambie el comportamiento de los bancos comerciales con tasas de interés a la baja, dejando de financiar al Estado y cumpliendo su rol de otorgar créditos al sector privado: motor de la economía”, consideran los especialistas de la Universidad Austral.
¿Qué expectativas tienen los productores?
Un 51% de los productores tiene expectativas de suba en los precios del producto, que se fundamenta en la mejora de los precios internacionales (63%). Sin embargo, muchos descartan una suba en pesos por efectos de una devaluación en el tipo de cambio.
“Los acontecimientos climáticos de Brasil han provocado una suba en los precios del trigo. Respecto al tema del mercado climático, es de relevancia seguir atentamente la situación de USA a futuro”, concluye el informe.